Los cítricos son uno de los rasgos más característicos de Chios, motivo por el cual la isla también recibe el nombre de "Myrovolos" (fragancia). Tan sólo llegar a la isla, el aroma de los campos de naranjas y mandarinas da la bienvenida desde los verdes campos que se extienden por toda la isla.
Con el paso del tiempo, los campesinos han aprendido de las grandes pérdidas y hoy rodean sus tierras con muros altos de piedra para protegerlas del viento y el frío, y encienden pequeños fuegos entre los árboles para darles un poco más de calor. Este tipo de árboles son extremadamente sensibles al frío y el viento, pero la capa natural de hojas que forman sobre sí mantiene el calor del fuego por bastante tiempo.
En noviembre empieza la recogida de mandarinas, que termina en diciembre con el inicio de la recogida de la naranja. Las frutas se recogen una a una y se colocan en cajas que los campesinos venden o llevan a la cooperativa de Chios o a otras empresas más pequeñas. Es curioso que este negocio se hizo siempre por unidades hasta la ocupación alemana, que introdujo el sistema por peso.
Antiguamente, Chios exportaba sus cítricos a Constantinopla (Estambul), al Mar Negro, a Izmir, a Egipto y al este. Desde que aparecieron las primeras asociaciones en 1930 los chianos empezaron a exportar también a países de Europa del Este. Hoy en día, las mandarinas de Chios son únicas y se las considera una variedad excepcional, vendiéndose como "mandarinas de Chios". Las naranjas, por otro lado, se destinan al consumo de fruta, a la producción de zumos y refrescos, o a la fabricación de dulces y aceites.
Sin embargo, el cultivo de cítricos no ha sido siempre una de las principales actividades de la isla. Esta nueva forma de comercio llegó a Chios durante la ocupación genovesa entre 1348 y 1566 debido a la riqueza del suelo de la isla. Los primeros naranjos se importaron directamente desde Italia, aunque también se importaron ejemplares de África y una familia chiana de Horemi empezó a importar árboles de mandarinas de la India entre 1860 y 1862. Una de las primeras regiones que empezó a cultivarse fue Kambos, donde los depósitos de agua favorecían el cultivo de las "manzanas doradas de Espérides", como solían llamarse las naranjas en la antigua Grecia.