Puede que en el norte de Chios no haya tantos pueblos como en el sur, sin embargo, hay ciertos lugares que no puede olvidar visitar. Aquí encontrará la montaña más alta de la isla y el pueblo de Volissos, conocido por su castillo. Además, fue en esta parte de la isla, en el pueblo abandonado de Lidiada, donde estableció su base el movimiento de Resistencia Nacional durante la ocupación alemana. ¿Le apetece dar un paseo?
Empezando por alguno de los últimos pueblos de la región central, en la zona de Vrissi Passa, y dirigiéndonos hacia el norte por la costa, llegamos a Miligas y Agios Ioannis Tholos, dos pequeñas bahías con algunas barcas fondeadas. A continuación encontramos la bahía de Pantoukious, con algunas casitas formando un pueblo de veraneo. Al final del camino, en una suave cuesta junto al mar, se levanta el monasterio de Myrsinidi.
Un poco más adelante nos cruzamos con Sykiada, un pequeño pueblo de pescadores con casas de piedra de estructuras pesadas y materiales simples características de la vida sencilla de la gente de mar. No muy lejos hay otro pueblo de pescadores, Lagada, uno de los pueblos más bonitos de toda la isla. Uno de sus encantos es quizás que está construido en la costa de una bahía junto a un gran valle de olivos y árboles frutales regado por riachuelos de agua fresca. Además, este área es conocida también por sus viejos molinos, todavía en buen estado.
Entre Sykiada y Lagada hay otro pueblo pequeño pero importante: Kidiada. Deshabitado desde 1949, fue en este pueblo donde la Resistencia Nacional estableció su escondrijo y su base durante la ocupación alemana. Hoy un monumento recuerda a los miembros del movimiento.
Desde Lagada, hacia el oeste y junto a una pequeña colina se encuentra Agrelopos, y hacia el norte y rodeando la colina el camino llega a Yyvari, una pequeña bahía desde donde se ve la isla de Tarros.
Desde ahí, la siguiente destinación es Delfini, otro punto histórico. En 411 a.C., cuando los chianos desertaron la Alianza, los atenienses ocuparon este puerto natural y lo fortificaron por motivos estratégicos.
28 kilómetros al norte de Chios se encuentra el pequeño pueblo de Kardamila. De esta población es interesante destacar que un movimiento cultural fundó la Asociación para el Progreso Cultural y el Desarrollo en 1979, el "Filoproodos Omilos Kardamilon". La asociación pone a disposición de los vecinos una librería, talleres y clases de temas relacionados con el folklore, complementados con la exposición permanente de la plaza Marmaro.
Seis kilómetros después de Kardamila, junto a la costa, llegamos a Nagos, un centro vacacional excepcional, un área de frondosos árboles y riachuelos, donde se hallaron en 1921 los restos de un antiguo templo. Un poco más hacia el norte, la playa de Giossonas tampoco tiene desperdicio.
Llegamos entonces a la montaña más alta de Chios con 1297 metros, Pelineon. En sus laderas se encuentran los pueblos de Amades, Viki y Kambia, conocidos por las cerezas que producen. También en las laderas se extienden los pueblos de Fyta, un antiguo fuerte construido en 1516, Diefha, y Pytios, una de las poblaciones más importantes de la isla. Toda esta región recibe el nombre de Kambia.
Más adelante vemos el monasterio de Moundon. Este antiguo monasterio bizantino fue uno de los centros religiosos más importantes de Chios durante la ocupación turca. Fue construido en el siglo XVI en honor a Agios Ionanis Prodromos y actualmente está deshabitado, aunque merece la pena visitarlo.
Al norte de Chios y al oeste de Vrontados empieza el camino desnudo de casas y árboles que lleva a lo alto del monte Aepos y a la desoladora vista de los restos de un frondoso bosque que un incendio dejó en 1981. Sin cambiar de dirección, encontramos los pueblos de Katavassis y Sidirounda. La localización del segundo, en lo alto de una montaña con vistas al mar, lo hace especialmente bonito. No muy lejos de ellos, se encuentra Metochi, un pequeño centro vacacional con una playa de aguas cristalinas, la torre de Pahi y la iglesia de Fana.
Desde Sidirounda parte otra carretera que llega a Volissos, la población central de la parte norte de la isla, conocida por su castillo bizantino.Al parecer, este castillo fue construido por el general bizantino Velissarios, quien se estableció allí al volverse ciego. En el pueblo se dice también que Homero vivió en Volissos, en una de las casas más antiguas del pueblo; además, Korais lo menciona en el prólogo de La Ilíada.
En los alrededores de Volissos encontramos también varias playas que, a pesar de su belleza, suelen ser olvidadas por los turistas: Managros, Magemena, Limnos, Lefkathia y Agia Markella. En esta última se erigió una iglesia en honor de esta santa y a finales de julio, durante la celebración del milagro que se le adjudica, la playa cobra vida con la llegada de peregrinos de todas partes de Grecia y del extranjero. Por otra parte, Volissos tiene también un puerto natural, la bahía de Limnia.
Desde Volissos, dirigiéndonos hacia el noroeste de la isla, la carretera rodea el monte Amani cruzando varios pueblecillos granjeros como Pirama, Parparia, Trypes, Melanios y Agio Galas. En este último se alza la singular iglesia bizantina de Panagia Agiogaloussaena, construida a la entrada de una cueva y decorada con un antiguo iconostasio de madera tallada excepcional. Desde detrás de esta cueva llegamos a dos cuevas más que todavía no han sido exploradas a fondo. Sin duda, las cuevas y la iglesia forman un conjunto que merece la pena visitar.
Si continuamos por la carretera que rodea la montaña y torcemos hacia el este, vemos entonces otros pueblos y el increíble paisaje de algunos bosques frondosos entre ellos. Los pueblos son Nenitouria, Kourounia, Egrigoros y Keramos. Junto a este último se hallan las antiguas minas de antimonio y en Agiasmata, el puerto natural del pueblo, unos riachuelos de agua caliente rica en hierro.
Ya al final, en dirección sur, pasado Pispilounta y justo antes de llegar al fin del camino, llegamos al castillo de Ta Markou, donde en su tiempo hubo una pequeña población antes de que la masacre turca de 1822 la convirtiera en poco más que piedras abandonadas.