El pueblo de Patrika fue fundado en 1050 de acuerdo con el testimonio de viajeros e historiadores. Su origen parece provenir de una familia de Kalamoti que decidió abandonar su pueblo natal en busca de una zona mejor. Finalmente, en la cima de una montaña, construyeron una torre que todavía se alza dentro del pueblo.
En su día, Patrika fue uno de los pueblos - castillo habituales de la época. Las casas estaban conectadas entre si formando el típico muro defensivo sin ventanas ni puertas exteriores. Actualmente, quedan restos de las ventanas y los balcones de piedra construidos durante el periodo de piratería.
La primera casa, las insignias de mármol sobre las puertas y las dos capillas son algunos de los rasgos más interesantes de este pueblo. Las capillas, de piedra y conectadas con el resto de casas, están dedicadas a Aghios Nikolaos y a Taxiarchi (el Arcángel).
Además, en Patrika merece la pena ir a dar un paseo para admirar las casas antiguas de piedra, las acogedoras esquinas con persianas abiertas y cerradas, las ventanas multicolores de los áticos, y todo el conjunto de armazones reconstruidos que esconden tesoros del arte popular local como los pilares y las chimeneas.
El pueblo celebra una gran fiesta el 29 de agosto por San Juan.